Las obras
castellanas anteriores al siglo XVI que presentan una cierta influencia
artúrica, como la Gran conquista de ultramar y el Caballero
Zifar, no se pueden catalogar como verdaderos libros de caballerías. La
literatura caballeresca comenzó a florecer en el siglo XVI con el libro más
perfecto del género que fue el Amadís
de Gaula.
Gran conquista de
ultramar (1291-1295)
Es un relato medieval castellano que contiene una crónica muy
novelesca de la conquista de Jerusalén durante la Primera Cruzada, presenta a
Guillermo de Tiro en las cruzadas. La obra poco tiene que ver en realidad con
los libros de caballerías.
Libro del
caballero Zifar (1300)
Título original: Libro
del caballero Zifar. Es el primer relato de aventuras de ficción extenso
escrito en prosa castellana. Presenta alguna influencia del ciclo artúrico,
pero tiene poco en común con lo que serían los libros de caballerías españoles
del siglo XVI.
Parece que su
autor fue un tal Ferrand Martínez, un clérigo de Toledo.
Tirant lo Blanc (en
catalán: 1490; en castellano: 1511)
Este libro de
Joanot Martorell y su continuador Joan de Galba, escrito en lengua catalana, es
la obra más cercana a los libros de caballerías castellanos del siglo XVI.
Amadís de Gaula (1508)
La versión
original es de principios del siglo XIV y se ha perdido casi por completo. La
versión íntegra que conservamos fue escrita en 1492 y publicada en 1508 por
Garci Rodríguez de Montalvo, regidor de Medina del Campo.
Algunos
atribuyen la versión primitiva de la obra al poeta gallego del siglo XIII Juan
de Lobeira (1233–1285), canónigo de Santiago.
El Amadís no
es la primera novela del género, que lo sería El caballero de Cifar,
de comienzos del siglo XIV, pero fue el modelo que siguieron la serie de los Palmerines, Partinuples, Clamades,
etcétera.
El ciclo de Amadís (1508-1510)
Durante el siglo
XVI hubo abundantes imitaciones y continuadores del Amadís, cuyo resultado más
interesante puede que sea Amadís de Grecia (1530) de Feliciano
Silva. Llegaron a realizarse casi veinticinco libros tanto en España como en
Europa hasta bien entrado el siglo XVI.
El ciclo de Amadís está
compuesto en España por doce libros.
El ciclo de Palmerín (1511)
Este ciclo en
España sólo consta de tres obras y no están numeradas, frente a lo que ocurre
en el ciclo de Amadís.
Palmerín de
Oliva (1511), obra de
Francisco Vásquez.
Primaleón (1512), escrita
también por Vásquez como una continuación del anterior libro.
Platir (1533) es el tercer
libro del ciclo, obra publicada de forma anónima.
El ciclo de los Palmerines se
cierra en España con una obra escrita originariamente en portugués y traducida
más tarde al castellano, Palmerín de Inglaterra (1547-1548) del portugués Francisco de
Morais.
El ciclo de los
Clarianes (1518)
El primer libro
del ciclo es Clarián de Landanís (1518), obra atribuida a
Jerónimo López. La segunda parte de Clarián de Landanís o Floramante
de Colonia está publicada en 1550. La parte tercera de Clarián
de Landanís fue escrita por Jerónimo López. La parte cuarta de Clarián
de Landanís es Lidamán de Ganail, también de Jerónimo
López.
- Hay otras
obras que no pertenecen a ciclos, como pueden ser:
Espejo de
príncipes y caballeros (1555)
Conocido por El
caballero del Febo, fue escrito por Ortúñez.
Belianís de Grecia (1547)
De Jerónimo
Fernández.
--- Se pueden
distinguir tres períodos en el desarrollo de la publicación de los libros de
caballerías en España:
- Etapa o fase de inicio:
hasta 1510.
- Etapa de esplendor y
apogeo: de 1510 a 1556.
- Etapa final de
decadencia: desde 1557.
Durante el
reinado de Felipe II (toda la segunda mitad del siglo XVI), se publicaron pocos
nuevos libros de caballerías, aunque se pueden citar algunos:
Olivante de Laura (1564) de Antonio de
Torquemada,
Febo el Troyano (1576) de Esteban
Corvera (1576)
Rosián de Castilla (1586) de Joaquín
Romero de Cepeda,
Lidamarte de
Armenia (1590) de Damasio de
Frías,
León Flos de
Tracia (finales
del siglo XVI)
El último libro de caballerías publicado
es
Policisne de
Boecia (1602) de Juan de Silva y Toledo.
El Quijote (1605) Primera parte.
La obra maestra
de Cervantes, acaba con los libros de caballerías, de los que hace una parodia.
Después de la
publicación del Quijote (1605) se dejan de reimprimir los
libros de caballerías, a excepción de las dos ediciones de Espejo de
príncipes y caballerosrealizadas en 1617 y en 1623.
Para esquivar la
censura en tiempos de Felipe II, se escribieron libros de caballerías "a
lo divino", que presentaban obras con contenido religioso: el caballero
andante lucha ahora contra los vicios y la corrupción moral. Esta fue, sin
embargo, una moda pasajera.
El Quijote contribuyó
a desterrar el gusto por los libros de caballerías, que seguían teniendo
asiduos lectores. Este género literario desapareció cuando el público comenzó a
interesarse por otro tipo de literatura. Aunque vemos que todavía Baltasar
Gracián en su Criticón (1653) insta a dejar la lectura de los
libros de caballerías, lo que significa que por esas fechas seguían teniendo
lectores.
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