Además Pantasilea gana
un torneo con las armas que le entrega Silves, sin perder en ningún momento su
condición femenina, al contrario siempre es caracterizada como "la fuerte
y hermosa princesa Pantasilea". Pantasilea se caracteriza a lo largo de la
obra como una mujer de gran fortaleza física y espiritual y, al mismo tiempo la
virtud de la Fortaleza.
El trío de mujeres guerreras que
aparecen, Pantasilea, Calpendra y Alastraxarea, deja muestra de lo
variado que para esta época resulta el género caballeresco en España.
Florismundi y Semíramis, en Bencimarte de Lusitania (finales del
siglo XVI), son también doncellas guerreras. Florismundi, gran aficionada a las armas, se hace
pasar por hombre.
Otra caracterización de
dama es la que se hace de Belsagina, mujer
medio salvaje-medio humana que ayuda a la madre de Felixmarte de
Hircania a escapar de las montañas, le da alojo en su casa y ayuda a criar al
héroe es la mejor muestra de los nuevos senderos por donde se estaban yendo los
tópicos de los libros de caballerías a mediados del siglo XVI. La mujer salvaje
que a todos daría miedo resulta ser la que salva a la madre del héroe y le
ayuda; las caracterizaciones van sufriendo modificaciones de acuerdo con los
gustos imperantes en la época.
Pero, como sabemos, uno
de los temas más relevantes en los libros de caballerías es el del amor, principal eje de la acción y
motor de la mayor parte de las aventuras.
La protagonista de los
libros de caballerías se suele definir como dama enamorada, y su rasgo
distintivo es la belleza. Oriana es el paradigma de enamorada en los libros de
caballerías (Amadís de Gaula).
Otro claro ejemplo es Iseo en el Tristán
de Leonís de 1501 o Claribea en el Felixmarte de Hircania.
En ocasiones la condición de dama enamorada genera nuevas caracterizaciones en su
imagen. Algunas de ellas son las siguientes.
La
doncella predestinada al amor, como Leonorina en las Sergas de Esplandián tiene
un destino inminente que él es desvelado al nacer o en su infancia como la
señora de amor del héroe.
La doncella celosa que, por circunstancias
específicas o por la intervención de otra dama enamorada, como Briolana en el Amadís de
Gaula, desdeña a su caballero. Oriana es el paradigma de este tipo de dama pero
hay otras tan paradigmáticas como Iseo en Tristán de Leonís o Miliana en Tristán el
Joven.
Otro tipo es el de la dama casada, si el matrimonio
público es la culminación legal del amor la dama enamorada se convertirá en
casada; como Oriselva en Espejo de
príncipes y caballeros; Clorinda en Belianís de Grecia; Jelandria y Lucendria en Bencimarte
de Lusitania; o Gracisa y Domás en Marsindo.
La primera parte
contraria a la dueña casada es la dama
adúltera. Encontramos casos de este tipo femenino en los siguientes
textos: Adriana en Reimundo de
Grecia; la madre de Merlín en la Estoria de Merlín y Ginebra en el Lanzarote
del Lago.
La segunda se encarna en
la dama viuda como Lucendria en Bencimarte
de Lusitania o la duquesa de Nardides en Primaleón.
Los elementos
sobrenaturales que caracterizan también a un tipo femenino, en los libros de
caballerías los encontramos en la hermana de Galaz en la Demanda del
Santo Grial que encarna a la doncella
incestuosa.
En ocasiones, como ya
hemos visto con el caso de la doncella
guerrera que toma la iniciativa para formar parte de la acción
caballeresca, también hay doncellas cuyo comportamiento es atrevido. Son las
doncellas requeridoras de amor, como Cardenia en Florambel de Lucea o una
anónima en Felixmarte de Hircania.
La doncella desconsolada sufre o por la
desaparición de su caballero o por la muerte de alguien cercano como en el caso
de Barsina, la hija de un jayán
en Cristalián de España, Clariola en Rosela de Grecia, Altinea en Filorante
y Gridonia en Primaleón.
La doncella falsa o traidora suele conducir al
caballero a una situación peligrosa generalmente por despecho lo que enmarca un
fuerte deseo de venganza, como es el caso de Melisenia en Bencimarte de Lusitania.
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